Las paredes de la escuela de Jesús Maestro están casi recién pintadas. Fue lo primero que noté ayer, cuando entré con Laura. A ella le sorprendió el montón de alumnos que hacía cola esperando su turno para entrar a secretaría.
Ahora las paredes son blancas o gris claro, en vez del beige que quiero recordar de mis dos años de profesora en este centro. Todo parecía más moderno, ahora las pizarras de las aulas funcionan también como pantallas conectadas a los netbooks de moda. Los tiempos cambian, pero las cosas básicas siguen igual.
Pero ayer ese color de las paredes y las puertas menos dramático que el de antes, parecía un poco solitario, quizá incluso triste...
La única nota de color la añadían las camisetas verdes y las sonrisas de reconocimiento cuando nos encontrábamos con antiguos compañeros. Pero ayer hubo menos sonrisas, porque había menos compañeros que otras veces.
Quique, el encargado del bar, me dijo que este año le sobraba comida y que otras veces se había quedado corto.
Fue una mañana muy agradable de todos modos. Volví a ver a María, a Armando y a muchos de mis antiguos compañeros de la central que para mi sorpresa se acordaban de mi. Incluso coincidí en un taller con Paco.
Empezamos todos juntos en el salón de actos escuchando y compartiendo ideas con Trinidad Manzano Moreno que es licenciada en física y química pero que ejerce de life coach, y me vais a perdonar, pero no recuerdo como se dice en español.
Su charla fue interesante, con fundamento científico y práctica. Hablamos de las seis emociones básicas delimitadas por Paul Ekman y no pude evitar el volver a reiterarme en mi creencia de que ver series americanas es a menudo muy educativo y lo digo sin sarcasmo. Le pregunté a Trinidad si había visto Lie to me (Miénteme) y me pidió que le prestara los DVDs. No sé cómo pero se los haré llegar.
Entre otros muchos temas, volvió a mencionar al ya consagrado Daniel Goleman y su inteligencia emocional.
Todo esto, y además lidiando con el tiempo muy limitado, lo llevó a la práctica. Quiero decir que nos enseñó como aplicarlo a nuestras vidas.
En los tiempos que corren en la enseñanza, es muy importante aprender a controlar nuestras emociones. Yo me voy a concentrar en mis prontos, a ver si consigo distanciarlos en le tiempo.
También se mencionó el miedo, el miedo impuesto por otros o por nosotros mismos, que no nos deja conseguir nuestros objetivos ni dar el cien por cien.
Nos dejó con un pensamiento muy interesante. Es bueno que nos planteemos cuales son las cosas que nos hacen 'saltar'. Trinidad habló de botones, pero yo creo que eso es un anglicismo científico: to push sb's buttons. Es cuestión de hacerse una lista de lo que nos irrita en exceso y al lado apuntar nuestras reacciones. Luego podemos reflexionar e intentar escribir o pensar en otras reacciones que serían más productivas.
Después del desayuno, se proponían cuatro talleres diferentes y Maria, Laura y yo decidimos ir al de teatro, impartido por Almudena Estellés y Narcís Selva, ambos profesores de EOI.
Aunque llegué tarde porque me apetecía charlar en el bar y porque me di permiso para desayunar tranquilamente, me incorporaron a la actividad con soltura y naturalidad.
Nos lo pasamos fenomenal y aprendimos mucho. Tanto Narcís como Almudena llevaban camisetas verdes. Y cuando se acabó el taller, del que me llevé varias fotocopias y muchas ideas para el nuevo curso, nos hablaron del flashmob programado para el domingo en la puerta del Corte Inglés de Preciados.
Yo no puedo ir, pero espero que alguien lo grabe y entonces veré el video. Los malos tiempos, las crisis económicas siempre han estimulado la creatividad y la inteligencia de los pueblos y de los genios. Desde El Lazarillo hasta el Dust Bowl, pasando por la Revolución Rusa tenemos centenares de ejemplos. Ahora son las Twitter revoluciones y los teatros callejeros postmodernos. Pero los humanos no hemos cambiado, simplemente nos adaptamos al medio.
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