miércoles, 12 de octubre de 2011

Enseñanza pública privada o coto privado de caza



Las actividades de los estados tienen como meta el bienestar de sus sociedades... anónimas, que enmendó El Roto.

¿Qué sociedad queremos?  ¿De personas o de mercados? ¿De una igualdad de oportunidades cada vez más o cada vez menos real?

Creo que sí nos apoya mucha gebte y que se pueden sumar muchos más, pero es necesario que creamos en nosotros y en lo nuestro.

El siguiente artículo (El País Digital, 19/9/11) aborda una parcela de lo nuestro. Yo quiero enseñanza pública que no escatime en una visión social más justa; y no quiero un shopping centre de doctorados.

Mentira podrida
ALMUDENA GRANDES
  Soy una madre de la escuela pública. No la escogí por pobreza, ni por la imposibilidad de acceder a otro modelo. Algunas personas próximas a mí nunca han entendido esta opción, que interpretan como una muestra de tacañería, de indolencia o de irresponsabilidad respecto al futuro de mis hijos. Yo, sin embargo, creo firmemente que una escuela pública igualitaria, gratuita, laica, interclasista y de calidad, constituye el primer peldaño de la civilización y el único modelo a escala de una auténtica sociedad democrática. Solo por eso, la habría escogido, pero la calidad de la enseñanza también cuenta. En los colegios privados y concertados suelen enseñar, como norma general, docentes que no han logrado entrar por oposición en la escuela pública.
No me siento agredida por las protestas de los mejores profesores que hay en España. Lo que me ofende es que los responsables de esta situación pretendan manipular a la opinión pública presentando a padres y alumnos como víctimas de sus reivindicaciones. Y aún me ofende más que -después de haber asistido, año tras año, al recorte sistemático de recursos en la enseñanza pública madrileña- se presente una ofensiva estrictamente ideológica como una consecuencia de la crisis.
Mentira podrida. Lo que pretende el Gobierno de Aguirre, que no ahorra en los terrenos que le dona a la Iglesia católica ni en las subvenciones de los concertados, es convertir la escuela pública en una vía muerta, un reducto para ciudadanos de segunda clase. Para lograrlo, cuenta con la complicidad de una sociedad anclada en el viejo modelo franquista de los "colegios de pago" y los "pobres gratuitos". Eso es lo más triste de todo. En ningún otro país europeo, con mejores notas en el Informe PISA, sucedería nada parecido. Pero España, una vez más, es diferente y algo más, un país anormal, aunque ni siquiera lo sepa.

2 comentarios:

  1. Noticias como esta -la primera- alientan a los que amamos la enseñanza y la investigación en cualquiera de sus formas aunque no nos dediquemos profesionalmente a ello. La segunda habla por si sóla.......
    Carmen Martín

    Dos Españas
    ELVIRA LINDO EL PAIS 05/10/2011

    En el Instituto Príncipe Felipe de Valencia trabaja la bioquímica Consuelo Guerri. La señora Guerri lleva 30 años investigando sobre las consecuencias que tiene el alcohol sobre el cerebro,no solo en el de un consumidor adulto sino en un cerebro en formación, como el del feto. La señora Guerri recibió hace unos días el premio alemán Manfred Lautenschläger en reconocimiento a una labor brillante que ya ha dado reconocidos frutos.
    Alguien, no ella, informó de que la investigadora había decidido donar los 25.000 euros de dotación del premio a su propio laboratorio, a fin de poder seguir contando con el equipo de becarios sin cuya asistencia sería imposible continuar con un proyecto del que no se obtienen resultados de un día para otro. La ciencia es lenta. Precisa de gente entregada y paciente, porque hay experimentos a los que se dedica mucho tiempo y no dan el resultado anhelado. Hemos sabido también que no es la primera vez que esta mujer de 60 años ha donado dinero para su laboratorio. En ocasiones, los 3.000 euros que ha ganado por impartir una conferencia los ha destinado directamente a material de trabajo. Guerri, sin echarse flores, sincera y parca, ha dicho que un año de parón en un proyecto puede provocar un retraso de 10 años a nivel científico.
    María Dolores Amorós ha sido directora general de la Caja de Ahorros del Mediterráneo. Los que la conocen no le conceden excesiva personalidad a su gestión, salvo en el detalle significativo de haberse mantenido fiel al historial de irregularidades, trampas y despilfarro de sus antecesores, y de haberse atribuido un sueldo de 600.000 euros al año y una pensión vitalicia de 370.000. Ni a ella ni a los otros se les conocen intentos de renunciar a ese capital. Tampoco se sabe si no se les cae la cara de vergüenza cuando leen una historia como la de Consuelo Guerri.

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